El respaldo de la población estadounidense a las acciones militares de Israel en Gaza ha alcanzado su nivel más bajo desde el inicio del conflicto, marcando un giro dramático en la opinión pública que ya genera repercusiones políticas en ambos partidos y entre los aliados históricos del país hebreo.
Una encuesta nacional publicada esta semana por Gallup revela que apenas el 32 % de los adultos en EE.UU. aprueban la ofensiva israelí, frente a una mayoría creciente que expresa rechazo o preocupación por el manejo de la crisis humanitaria. La caída más pronunciada se registra entre jóvenes de 18 a 34 años, donde el apoyo desciende a solo 9 %, una cifra que alarma tanto a líderes pro-Israel como a estrategas políticos de cara a los comicios de 2026 y 2028.
Mientras los republicanos mantienen un respaldo del 71 %, los demócratas bajan a un 8 %, profundizando una división partidista sin precedentes en el tema. Incluso dentro del movimiento MAGA, históricamente pro-Israel, emergen críticas cada vez más frecuentes sobre la continuidad del apoyo incondicional.
En declaraciones recientes, el expresidente Donald Trump cuestionó directamente los dichos del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre la situación alimentaria en Gaza, al afirmar: “Eso es una auténtica hambruna. No se puede fingir”.
A su vez, Marjorie Taylor Greene, figura prominente del ala dura republicana, calificó por primera vez como “genocidio” la situación en Gaza. Su comentario provocó una fuerte respuesta de su colega Randy Fine, quien acusó a quienes usan ese término de ser “antisemitas o idiotas”. Las tensiones internas muestran una fractura inédita en el consenso conservador sobre Israel.
Del lado demócrata, líderes progresistas como Summer Lee han pedido suspender el financiamiento militar a Israel y presionar por un alto al fuego inmediato, mientras que medios influyentes como Pod Save America, dirigido por exasesores de Barack Obama, instan a repensar la relación bilateral tras el conflicto.
La pérdida de apoyo también tiene repercusiones internacionales: Reino Unido y Francia han adelantado que reconocerán a un Estado palestino si Israel no toma medidas humanitarias concretas. Según la ONU, más de medio millón de personas en Gaza enfrentan condiciones similares a la hambruna.
“El prestigio internacional de Israel está en juego”, advirtió el congresista Brad Sherman, copresidente del Caucus de Aliados de Israel. “Los objetivos militares deben equilibrarse con su imagen global”.
Lo que antes era un tema de consenso bipartidista se convierte ahora en una de las discusiones más divisivas de la política exterior estadounidense, con consecuencias que podrían reconfigurar el mapa electoral y diplomático de los próximos años.
