Estados Unidos

Casa Blanca propone pacto a universidades élite: fondos federales a cambio de alinearse con agenda de Trump

La Casa Blanca ha enviado una propuesta controvertida a nueve de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, ofreciéndoles acceso prioritario a fondos federales y eventos presidenciales a cambio de compromisos con las prioridades políticas del presidente Donald Trump. El documento, conocido como “Pacto por la excelencia académica en la educación superior”, insta a las instituciones a adoptar posturas específicas en temas como admisiones, género, libertad de expresión y disciplina estudiantil, representando un giro hacia incentivos en lugar de recortes presupuestarios, como los intentados previamente contra Harvard y Columbia.

El memorando de 10 páginas fue remitido el miércoles a universidades selectas, incluyendo Vanderbilt, la Universidad de Pensilvania, Dartmouth College, la Universidad del Sur de California (USC), el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), la Universidad de Texas, la Universidad de Arizona, la Universidad de Brown y la Universidad de Virginia. Un funcionario de la Casa Blanca, que habló bajo anonimato, aclaró que el dinero federal no se limitaría exclusivamente a estas escuelas, pero las firmantes obtendrían ventajas en subvenciones y acceso a discusiones con altos funcionarios. No se ha revelado cómo se seleccionaron estas instituciones ni si otras recibirán invitaciones similares.

Entre las demandas clave, el pacto exige que las universidades apliquen la definición de género establecida por el Gobierno en baños, vestuarios y equipos deportivos femeninos. También prohíbe considerar raza, género u otros datos demográficos en las admisiones, y obliga a requerir exámenes SAT o ACT para solicitantes de licenciatura. Otro punto restrictivo limita la matrícula de estudiantes extranjeros al 15% del total de licenciatura, con no más del 5% de un solo país; la mayoría de las invitadas cumplen este umbral, aunque Dartmouth y USC rozan el límite con un 14%, según datos federales. Alrededor de 120 universidades nacionales lo superan, como Columbia, Emory y Boston University.

El acuerdo promueve perspectivas conservadoras al requerir que los campus sean un “mercado vibrante de ideas” sin ideologías dominantes, evaluando opiniones de estudiantes y profesores para asegurar diversidad ideológica en cada departamento. Incluye medidas para “transformar o abolir” unidades que menosprecien ideas conservadoras o inciten violencia contra ellas. Además, busca contrarrestar protestas como las de 2024 por la guerra en Gaza, exigiendo evitar interrupciones en clases o bibliotecas y prevenir acoso a estudiantes. Para fomentar la asequibilidad, las firmantes deben congelar matrículas para estadounidenses por cinco años, y aquellas con dotaciones superiores a dos millones de dólares por estudiante no cobrarán por programas en “ciencias duras”.

La Universidad de Texas expresó entusiasmo: el presidente de su Junta de Regentes, Kevin Eltife, se sintió “honrado” por la inclusión del campus de Austin y anticipó colaboración con el Gobierno. Otras instituciones indicaron que están revisando la propuesta sin comentarios adicionales.

Críticos, sin embargo, ven en el pacto una amenaza a la autonomía universitaria y la libertad de expresión. Ted Mitchell, del American Council on Education, lo calificó de “pacto fáustico” y urgió su rechazo, argumentando que los compromisos no valen la pérdida de independencia. Larry Summers, ex presidente de Harvard y secretario del Tesoro, lo comparó con “arreglar un reloj con un martillo”, prediciendo que su crudeza retrasará reformas necesarias. Grupos defensores de la libertad de expresión han denunciado el documento por su potencial para censurar disidencias.

El Departamento de Justicia supervisaría el cumplimiento, con penalizaciones de un año de exclusión de beneficios por infracciones iniciales, y dos años por reincidencias. El pacto advierte que las universidades pueden optar por modelos alternos, pero a costa de renunciar a beneficios federales. Este enfoque sigue fallidos intentos de recortes, como los anulados judicialmente contra Harvard por exceder autoridad, y refleja la estrategia de Trump para alinear la educación superior con su visión conservadora.

Imágen cortesía: NBC

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