En cada vuelta recorrida y mientras se acercaba metro a metro a la victoria en Bakú, hubo tres palabras que retumbaron en la cabeza de Checo Pérez: “acepta tu rol”. En otra master class de defensa y ataque, el mexicano se llevó su segundo triunfo del año y le mandó un recado a Max Verstappen: voy en serio por el título.
A mediados de diciembre, tras firmar su Bicampeonato del Mundo, el neerlandés quiso apagar el fuego que encendió Sergio, quien sin tapujos aseguró que tenía las condiciones de pelear por el Mundial de Pilotos. Sin embargo, las palabras de Max en lugar de frenar al tapatío solo provocaron el nacimiento de una Guerra Civil en Red Bull, escudería que ondeó la bandera verde para la pelea interna.
Y en el Gran Premio de Azerbaiyán quedó claro que Checo irá por todo y por todos, sin importar que se tenga que llevar en el camino a su compañero de equipo, el favorito del serial y quien se perfila para dominar la categoría, al menos, en la próxima década.
Largando desde la tercera posición, Sergio fue paciente y la recompensa llegó de forma rápida. La pelea entre la Red Bull estaba cantada, pues el liderato de Charles Leclerc fue anecdótico. Primero rebasó Verstappen y luego el tricolor, a quien un safety car le cayó del cielo para adueñarse de la punta.
Max entró a pits primero por problemas con sus neumáticos, con lo que Checo tomó el liderato y pocos segundos después Nyck de Vries dejó su monoplaza a la mitad de la pista, regalándole al #11 una parada gratis sin que Verstappen lo pudiera atacar.
A partir de ahí, en el giro 11, solo hubo un dueño de la carrera: Sergio Pérez. En el mano a mano, el jalisciense fue más que el Bicampeón, dominando hasta por más de tres segundos. Y sí, el pretexto desde Países Bajos vendrá sin duda, que sin la suspensión, los neumáticos o la tracción. Pero lo cierto es que Checo volvió a adueñarse de Bakú y ya tiene dos victorias en 2023, las mismas que su compañero, y acechando la cima del Mundial, con sus 87 puntos, por 93 de Verstappen.