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Cómo es el lujoso avión que Catar le regaló a Trump y cuáles son los riesgos detrás del obsequio de $400 millones

Washington, 22 de mayo de 2025 – El gobierno de Donald Trump aceptó formalmente un Boeing 747-8 valorado en 400 millones de dólares, obsequiado por Catar para ser utilizado como el próximo Air Force One, el avión presidencial de Estados Unidos. Sin embargo, la decisión ha generado críticas y cuestionamientos sobre su legalidad, transparencia y posibles riesgos para la seguridad nacional.

El avión, apodado “Palacio en el Cielo” por sus lujosos interiores, pertenecía a la familia real catarí y cuenta con dos plantas, alfombras, sofás de cuero y dos dormitorios. A pesar de su opulencia, adaptarlo para cumplir con los requisitos de seguridad del Air Force One, como blindaje contra radiación, tecnología antimisiles y sistemas de comunicación avanzados, requeriría años de trabajo y una inversión de millones de dólares. El Departamento de Defensa aseguró que se implementarán “medidas de seguridad apropiadas” y que la aceptación del avión cumple con todas las normativas federales.

Trump defendió la recepción del avión, describiéndolo como “un regalo sin costo” que servirá temporalmente como Air Force One hasta que los dos nuevos Boeing 747-8, contratados en 2018 por 3,900 millones de dólares, estén listos en 2027 y 2028. En un mensaje en Truth Social, el presidente enfatizó que el avión fue entregado al Departamento de Defensa y la Fuerza Aérea, no a él personalmente, y lo calificó como un gesto de Catar, un aliado que EE.UU. ha defendido durante años. “Solo un tonto no aceptaría este regalo para nuestro país”, afirmó.

Sin embargo, la decisión ha desatado controversia. La Cláusula de Emolumentos de la Constitución de EE.UU. prohíbe a los funcionarios aceptar regalos de gobiernos extranjeros, lo que ha llevado a legisladores como el senador Bernie Sanders a calificar el obsequio como “ridículamente corrupto” e “inconstitucional”. Sanders, junto con el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, y la senadora Tammy Duckworth, ha criticado la aceptación del avión, argumentando que su adaptación costaría a los contribuyentes más de 1,000 millones de dólares y que no garantiza la seguridad nacional. Schumer incluso propuso una legislación para impedir que Trump use la aeronave, pero fue bloqueada por republicanos en el Senado.

Algunos republicanos, como el congresista Michael McCaul y la senadora Lisa Murkowski, también expresaron reservas, destacando la necesidad de inspeccionar el avión para descartar dispositivos de vigilancia. El senador Josh Hawley sugirió que EE.UU. debería priorizar aviones construidos en el país.

El primer ministro de Catar, jeque Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al-Thani, defendió el regalo como “un intercambio normal entre aliados” y rechazó las acusaciones de que busca influir en la administración Trump. Por su parte, el gobierno planea transferir la propiedad del avión a la fundación de la biblioteca presidencial de Trump al final de su mandato, lo que ha generado dudas sobre si la aeronave llegará a usarse como Air Force One o si simplemente será un símbolo de lujo para la futura biblioteca presidencial.

Imágen cortesía: Visión

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