Los grupos argumentan que las personas pueden solicitar asilo independientemente de dónde o cómo crucen la frontera y que la aplicación del gobierno es defectuosa y está creando más obstáculos a quienes buscan gestionar sus solicitudes de asilo.
CBP One, la aplicación para teléfonos inteligentes diseñada por el gobierno estadounidense a través de la cual los solicitantes de asilo deben tramitar sus citas para la revisión de sus casos, es una de las principales razones por la que organizaciones defensoras de inmigrantes han demandado al Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras.
La semana pasada una corte de apelaciones de Estados Unidos permitió mantener en vigor la norma que restringe el asilo en la frontera sur, mientras prosigue el litigio contra las medidas implementadas en mayo pasado, tras el fin del Título 42.
Los grupos de derechos humanos presentaron una demanda, alegando que la nueva regla ponía en peligro a los migrantes al dejarlos en el norte de México mientras esperaban para obtener una cita en la aplicación CBP One que el gobierno está utilizando para otorgarles a los migrantes la oportunidad de llegar a la frontera y buscar asilo.
Los grupos argumentan que las personas pueden solicitar asilo independientemente de dónde o cómo crucen la frontera y que la aplicación del gobierno es defectuosa y está creando más obstáculos a quienes buscan gestionar sus solicitudes de asilo.
Angelo Guisado, abogado del Centro de Derechos Constitucionales, que forma parte del equipo jurídico que presentó la demanda, señala como la primera gran traba que para instalar la aplicación que los migrantes deben contar con un costoso teléfono inteligente, y aún así, todavía hay problemas técnicos, mensajes de error indescifrables y traducciones erróneas de palabras en inglés.
En la demanda destaca la imposibilidad de programar las citas de migración porque los peticionarios no tienen “smartphones actualizados, wifi, un plan de datos de telefonía móvil o electricidad fiable, todo lo cual es necesario para utilizar CBP One”.
“Es incomprensible que un refugiado que acaba de atravesar nueve países con lo que tiene puesto tenga acceso a un teléfono inteligente muy caro“, dice Guisado, citado en un reporte de The Guardian.