La Administración de Control de Drogas (DEA) anunció una nueva estrategia conjunta con México para intensificar la lucha contra los cárteles responsables del tráfico de drogas sintéticas como el fentanilo, que ha causado miles de muertes en comunidades estadounidenses.
El eje de esta ofensiva es el Proyecto Portero, operación destinada a desmantelar a los llamados guardianes de los cárteles, operadores que controlan los corredores de contrabando a lo largo de la frontera suroeste. Estos actores coordinan el flujo de fentanilo, metanfetaminas y cocaína hacia Estados Unidos, además de armas y dinero en efectivo hacia México.
Como parte de la estrategia, la DEA inició un programa de capacitación intensiva en uno de sus centros de inteligencia fronterizos. Durante varias semanas, investigadores mexicanos trabajarán junto a policías estadounidenses, fiscales y miembros de la comunidad de inteligencia para identificar objetivos comunes, diseñar operativos conjuntos y reforzar el intercambio de información.
El Proyecto Portero opera bajo la coordinación del Grupo de Trabajo de Seguridad Nacional (HSTF), que integra agencias de seguridad, inteligencia y defensa para dar un enfoque integral contra las redes criminales.
“La DEA está tomando medidas decisivas contra los cárteles que están matando a estadounidenses con fentanilo y otros venenos”, señaló el administrador de la agencia, Terrance Cole, al presentar la iniciativa.
El plan responde a la prioridad de la DEA de enfocar su poder operativo en los cárteles, considerados por Washington como organizaciones terroristas, y ampliar la cooperación internacional. Aunque el fentanilo es la principal amenaza, la estrategia también busca frenar el tráfico de armas y las redes financieras criminales que fortalecen a los grupos delictivos.
