Estados Unidos

EE.UU. intensifica deportaciones de cubanos bajo la ofensiva migratoria de Trump

Miami, 27 de mayo de 2025 – La administración de Donald Trump ha intensificado su política de deportaciones, poniendo en la mira a migrantes cubanos, incluidos exfuncionarios del Gobierno de Cuba, en un giro que ha generado tanto apoyo como preocupación entre la comunidad cubanoestadounidense del sur de Florida.

Tomás Hernández, un cubano de 71 años acusado de ocultar vínculos con el Partido Comunista de Cuba al obtener su residencia permanente, fue detenido en marzo frente a su hogar en Miami. Según funcionarios de inmigración, Hernández trabajó durante décadas en la agencia de inteligencia exterior cubana antes de emigrar a Estados Unidos. Su caso es parte de una serie de arrestos de exagentes cubanos que han avivado el respaldo de los cubanoestadounidenses de línea dura, quienes exigen mano firme contra La Habana.

“Es un regalo político para los cubanoestadounidenses de línea dura”, afirmó Eduardo Gamarra, experto en Latinoamérica de la Universidad Internacional de Florida. Sin embargo, advirtió que muchos cubanos temen ser los próximos en la lista de deportaciones, lo que algunos perciben como una “traición” a la comunidad que apoyó masivamente a Trump en las elecciones.

Deportaciones masivas y fin de privilegios

La ofensiva migratoria de Trump ha sorprendido a los 2,4 millones de cubanoestadounidenses, quienes históricamente gozaron de un estatus privilegiado en el sistema migratorio estadounidense gracias a leyes de la Guerra Fría. Estas normas otorgaban a los cubanos un estatus de refugiado casi automático y la posibilidad de obtener la residencia permanente un año después de su llegada. Sin embargo, en marzo, Trump revocó la libertad condicional humanitaria a unos 300,000 cubanos, dejando a muchos en riesgo de deportación.

Entre los afectados está Eliéxer Márquez, conocido como El Funky, un rapero cubano pro-Trump cuyo tema “Patria y Vida” fue el himno de las protestas anticomunistas en Cuba en 2021. Márquez, quien recibió elogios de figuras como el ahora secretario de Estado Marco Rubio, fue notificado este mes de que tiene 30 días para abandonar Estados Unidos.

Una lista de “represores”

La campaña de deportaciones incluye una lista de 108 presuntos exagentes cubanos o funcionarios comunistas, elaborada por el activista Luis Domínguez y enviada por el representante republicano Carlos Giménez a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. Domínguez, quien abandonó Cuba en 1971, ha identificado a más de 1,200 supuestos “represores” a través de su sitio web Represores Cubanos, denunciando a exfuncionarios que, según él, buscan el “sueño americano” tras haber condenado a Estados Unidos desde Cuba.

Enrique García, un excolega de Hernández que desertó en los años 90, afirmó que agentes cubanos se han infiltrado en la reciente ola migratoria, ocultando su lealtad al Gobierno cubano. “No se puede estar en ambos bandos al mismo tiempo”, aseguró.

Tensiones en la comunidad

A pesar del apoyo de muchos exiliados mayores a las políticas de Trump, hay grietas en la comunidad. En el icónico restaurante Versailles de la Pequeña Habana, epicentro del exilio cubano, algunos expresan temor. Tony Freitas, quien llegó en el éxodo del Mariel en 1980, señaló: “La gente está temblando. Por cualquier nimiedad, podrían ser deportados”. Mientras tanto, demócratas han calificado a legisladores republicanos como Rubio, Díaz-Balart, Salazar y Giménez de “traidores” por no proteger a los migrantes cubanos.

La deportación de cubanos enfrenta obstáculos logísticos. Según Witness at the Border, Estados Unidos envía un solo avión de 60 pasajeros al mes a Cuba, lo que haría imposible deportar a los cerca de 500,000 cubanos que llegaron durante la administración Biden y ahora carecen de protección migratoria.

Imágen cortesía: El Economista

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