La Marina de Estados Unidos llevó a cabo entre el 17 y el 21 de septiembre cuatro pruebas de misiles balísticos Trident II D5LE, lanzados desde un submarino clase Ohio frente a la costa este de Florida. Según un comunicado oficial, los ensayos, que no incluyeron ojivas nucleares, buscaban verificar la efectividad de estos sistemas de armas estratégicas, descritos como “altamente precisos y confiables”. Uno de los lanzamientos fue visible desde Puerto Rico, destacando la relevancia de la isla en las operaciones militares estadounidenses en el Caribe.
Las pruebas coinciden con el ejercicio naval UNITAS 2025, que se realiza desde el 15 de septiembre con la participación de buques de 25 países en las costas de Florida, Carolina del Norte y Virginia. Aunque la Marina afirmó que los ensayos estaban programados y no responden a eventos globales específicos, se desarrollan en un contexto de crecientes tensiones con Venezuela. Washington ha intensificado su presencia militar en el Caribe, incluyendo el despliegue de aviones F-35 en Puerto Rico y el buque de asalto anfibio USS Iwo Jima, que trasladó a la 22.ª Unidad Expedicionaria de Infantería de Marina para ejercicios en la isla.
Estados Unidos sostiene que estas operaciones buscan combatir el narcotráfico, mientras que el gobierno venezolano, liderado por Nicolás Maduro, las considera una amenaza a su soberanía. Autoridades venezolanas, como el canciller Yván Gil y el ministro de Defensa Vladimir Padrino, han criticado las maniobras, calificándolas como parte de una “guerra no declarada” contra su país. Por su parte, la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, ha respaldado la presencia militar estadounidense en la isla.
Los misiles Trident II D5, diseñados en la década de 1980 y modernizados en 2017, tienen un alcance de entre 2.000 y 12.000 kilómetros, según el Center for Strategic and International Studies, y son un componente clave de la disuasión estratégica de EE. UU. La Marina destacó que estas capacidades son esenciales para la seguridad nacional y la de sus aliados, asegurando que los ensayos se realizaron con estrictos protocolos de seguridad en el Océano Atlántico.
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