El gobierno de Estados Unidos, presidido por Donald Trump, anunció su salida oficial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), decisión que entrará en vigor el 31 de diciembre de 2026.
Mediante un comunicado, la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, afirmó que la permanencia en dicha agencia “no contribuye a los intereses nacionales” del país. Según explicó, la organización impulsa “causas sociales y culturales divisivas” y sostiene una postura “desproporcionada” sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales fueron calificados como parte de una “agenda globalista” contraria a la política exterior de “America First”.
Por su parte, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, expresó su pesar por la decisión, aunque señaló que la agencia ya había tomado previsiones presupuestarias ante este posible escenario.
Esta es la tercera ocasión en que Washington se retira de la UNESCO. La primera ocurrió en 1984, durante la administración de Ronald Reagan, y la segunda en 2017, también bajo el liderazgo de Trump. En ambas ocasiones, las razones incluyeron acusaciones de mala gestión, sesgo político y tensiones diplomáticas.
La salida de Estados Unidos reaviva el debate internacional sobre el papel de la UNESCO y el creciente distanciamiento de Washington respecto a organismos multilaterales.