Ciudad de México, 27 de agosto de 2025 – El senador por Morena, Gerardo Fernández Noroña, defendió la adquisición de una propiedad valuada en 12 millones de pesos en Tepoztlán, Morelos, realizada en 2024, asegurando que fue financiada con los ingresos obtenidos durante su trayectoria como legislador. Noroña, quien hasta esta semana ocupó la presidencia del Senado de la República, explicó en una entrevista que los recursos provienen de su salario como senador y de los ingresos acumulados durante su etapa previa como diputado federal.
El legislador, conocido por su activa participación en la política mexicana y su presencia en el movimiento de la Cuarta Transformación, destacó su conexión personal con Tepoztlán, un municipio reconocido por su riqueza cultural, su ambiente místico y su atractivo turístico. “Tepoztlán se ha convertido en un lugar muy querido para mí”, expresó Noroña, subrayando que la compra de la propiedad responde a una decisión personal vinculada a su aprecio por esta localidad en el estado de Morelos.
La declaración del senador surge en medio de la atención pública sobre la transparencia en el uso de recursos por parte de los funcionarios públicos en México. Noroña, quien ha sido una figura prominente en Morena y un defensor de las políticas del gobierno actual, enfatizó que la adquisición se llevó a cabo de manera legal y con base en sus ingresos legítimos como servidor público. Sin embargo, no proporcionó detalles adicionales sobre la transacción o las características específicas de la propiedad.
Esta no es la primera vez que Fernández Noroña enfrenta el escrutinio público por temas relacionados con su patrimonio, pero el senador ha mantenido una postura firme al señalar que sus finanzas son transparentes y están respaldadas por su trabajo legislativo. La compra de la casa en Tepoztlán, un destino que combina un entorno natural con un creciente interés inmobiliario, ha generado interés en el contexto de la discusión sobre la austeridad y la rendición de cuentas en el ámbito político mexicano.
Imágen cortesía: El Financiero
