Por [Iván Medina]
Washington, D.C., noviembre de 2024 – En la recta final hacia las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, ha centrado su campaña en uno de los temas que divide las posturas de los estadounidenses: la inmigración. Harris y su contrincante republicano, el expresidente Donald Trump, se disputan la Casa Blanca en una contienda en la que la política migratoria ha cobrado una relevancia crucial, especialmente en un contexto donde Trump mantiene una ventaja sobre Harris en cuanto a la confianza de los votantes en este asunto.
Según una encuesta realizada por SSRS y publicada a finales de octubre, el 50% de los probables votantes confía en que Trump manejaría mejor la inmigración, mientras que solo el 34% confía en Harris. Este margen muestra la urgencia de Harris por destacar su propuesta y diferenciarla de la del expresidente, quien ha sido firme en sus políticas restrictivas.
El pasado 27 de septiembre, en su primera visita a la frontera con México como candidata presidencial, Harris expuso su enfoque para atender lo que calificó como “un problema que ha languidecido durante décadas”. Desde Arizona, enfatizó en medidas concretas que planea implementar para reforzar la seguridad fronteriza y frenar la inmigración irregular. “Tomaré más medidas para mantener cerrada la frontera entre puertos de entrada”, declaró la candidata.
Además, Harris anunció que, en caso de ganar en noviembre, su gobierno prohibiría la entrada al país por cinco años a aquellos detenidos intentando ingresar de forma irregular. Esta propuesta, que busca responder a las preocupaciones sobre el flujo migratorio en la frontera sur, busca trazar una línea clara frente a la política de “tolerancia cero” de Trump y presentar una postura que refuerce el control fronterizo mientras considera las complejidades del sistema migratorio.
La candidata demócrata se ha mostrado decidida a abordar la inmigración desde una perspectiva que reconoce las fallas estructurales del sistema actual. Durante un foro de CNN, el pasado 23 de octubre, Harris afirmó: “El sistema migratorio de Estados Unidos está roto y necesita ser arreglado”. Esta declaración busca empatizar con aquellos sectores del electorado que consideran que la solución no solo pasa por endurecer las medidas en la frontera, sino también por reformar el sistema desde sus bases.
Mientras Harris intensifica su discurso migratorio, su estrategia apunta a reducir la ventaja que Trump le lleva en las encuestas y a convencer a los votantes indecisos de que su plan es el adecuado para una política migratoria más eficaz y justa. Con el tiempo en contra, ambos candidatos ajustan sus discursos para atraer el respaldo de un electorado cada vez más polarizado en torno a este tema.
Fotografía cortesía: CNN