En medio del debate nacional por el contenido de los narcocorridos y las recientes decisiones de gobiernos locales para restringir su difusión, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dejó clara su postura: no es partidaria de prohibiciones, sino de apostar por la formación educativa y la conciencia social como camino para combatir la apología de la violencia.
Durante su participación en la conferencia matutina desde Palacio Nacional, la mandataria fue enfática en señalar que su administración privilegiará la educación antes que las restricciones directas. “No soy partidaria de las prohibiciones. En este caso, lo mejor es la educación y que la propia sociedad vaya dejando a un lado estos contenidos”, afirmó.
Sheinbaum reconoció que existen otros casos donde la regulación ha sido necesaria por cuestiones de salud pública, como la venta de productos ultraprocesados en escuelas, pero sostuvo que en el ámbito cultural y musical es más efectivo fomentar el pensamiento crítico. “Esta manera de establecer letras en la música es un fenómeno que ocurre. Desde mi punto de vista, es mejor la formación que la censura”, añadió.
Las declaraciones llegan en un contexto de creciente atención sobre los contenidos musicales que glorifican al crimen organizado. En días recientes, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, anunció que en la entidad se prohibirán espectáculos públicos que hagan apología del delito. Se prevé que la medida se formalice esta misma semana.
Sheinbaum también hizo referencia a decisiones similares tomadas por municipios del país, donde se ha limitado la reproducción de narcocorridos en espacios públicos, aunque aclaró que dichas restricciones no aplican en el ámbito privado. “No es que se prohíba que alguien en su casa los escuche, sino que no se promuevan en espacios públicos”, explicó.
Con este posicionamiento, la presidenta traza una ruta distinta a la de algunos gobiernos estatales, subrayando la importancia de fortalecer el criterio ciudadano frente a los contenidos culturales. En su visión, el camino no es silenciar, sino educar.