Estados Unidos

Migrantes en Texas se resguardan en sus hogares por temor a deportaciones

Weslaco, Texas – 22 de julio de 2025

En el sur de Texas, la comunidad migrante vive bajo un clima de miedo e incertidumbre debido al aumento de redadas migratorias impulsadas por la administración de Donald Trump. Muchos migrantes, incluidos aquellos que han residido en la región por décadas, evitan salir de sus hogares, incluso para atender necesidades básicas como citas médicas, por temor a ser detenidos por agentes federales.

Juanita, una madre de 41 años que cruzó desde México hace más de dos décadas y está casada con un ciudadano estadounidense, relata su angustia al salir de casa. Recientemente, su esposo la alertó sobre la presencia de agentes de migración en el estacionamiento de una farmacia, lo que le impidió recoger medicamentos esenciales para su condición prediabética. Su prioridad es proteger a su hija de 17 años, quien padece síndrome de Down, lo que intensifica su cautela. “Rezo cada vez que salgo de casa”, confesó.

Estudios han documentado una disminución en la búsqueda de atención médica entre migrantes durante períodos de políticas migratorias estrictas. Un análisis de 2023 reveló una caída del 5% en las visitas de control infantil de hijos de madres migrantes tras la elección de Trump en 2016, un patrón que se repite con el recrudecimiento de las medidas migratorias. Stephanie Ettinger de Cuba, investigadora de la Universidad de Boston, señaló: “Es un entorno de mucha ansiedad. Tienen miedo de hablar con el pediatra o llevar a sus hijos a la guardería”.

El caso de María Isabel de Pérez, de 82 años, ilustra las consecuencias de este temor. Su hijo, aquejado por un fuerte dolor, retrasó una visita al hospital hasta que su apéndice se rompió, poniendo en riesgo su vida. María, residente permanente, ha limitado sus salidas a labores voluntarias en un banco de alimentos, abandonando trabajos previos en granjas y mercados locales por miedo a las detenciones.

Las políticas migratorias actuales han ordenado a los agentes federales intensificar las revisiones, incluyendo en hospitales e iglesias, con el objetivo de deportar a un millón de migrantes para fin de año. Esta situación ha afectado especialmente al Valle del Río Grande, una región predominantemente latina donde la economía depende en gran medida de la mano de obra migrante en sectores como la agricultura y la construcción. Román Bock, activista de la Red de Migrantes Mexicanos, denunció: “La gente no quiere salir a trabajar. Están en sus casas”, lo que ha generado una escasez de trabajadores y afectado la economía local.

Organizaciones comunitarias y consulados latinoamericanos trabajan para mitigar el miedo, asegurando a los migrantes que pueden confiar en los servicios médicos. Sin embargo, la incertidumbre persiste, y muchos optan por la autodeportación a través de aplicaciones como CBP Home, que ofrece incentivos para abandonar el país voluntariamente. Mientras tanto, las denuncias por hacinamiento: en centros de detención y violaciones al debido proceso se acumulan, exacerbando la crisis humanitaria en la región.

Imagen cortesía: Texas Sheriff

Related posts

HURACÁN “ERIN” AMENAZA LA COSTA ESTE DE EE.UU. CON OLEAJE MORTAL

Gustavo Palafox

Enmienda migratoria en Arizona: Votantes se preparan para decidir

Gustavo Palafox

El Muro Fronterizo de EE.UU. Será Pintado de Negro para Disuadir Escaladas, Anuncia Kristi Noem

Ivan Medina