Ciudad de México, 3 de junio de 2025 – El partido gobernante de México, Morena, aseguró el control de la Corte Suprema tras las primeras elecciones judiciales en la historia del país, celebradas el pasado domingo 1 de junio. Los resultados preliminares indican que los candidatos afines al partido obtuvieron la mayoría de los escaños en el máximo tribunal, consolidando el dominio de Morena sobre las tres ramas del gobierno: ejecutivo, legislativo y judicial. Este cambio ha generado preocupación entre defensores de la democracia, quienes advierten sobre una posible erosión de los contrapesos institucionales.
Las elecciones, en las que se eligieron casi 900 cargos judiciales federales, incluidos los nueve asientos de la Corte Suprema, y alrededor de 1,800 posiciones locales en 19 estados, marcaron un hito al ser las primeras en el mundo en someter a voto popular todos los niveles del poder judicial. Sin embargo, la participación fue baja, con solo un 13% de los 100 millones de ciudadanos elegibles acudiendo a las urnas. Expertos atribuyen esta cifra a la confusión entre los votantes, abrumados por la gran cantidad de candidatos y la complejidad del proceso.
Víctor Manuel Alarcón Olguín, profesor de la UAM-Iztapalapa, criticó el diseño del proceso electoral, señalando que los legisladores no proporcionaron a la autoridad electoral un método claro, lo que obligó a resolver problemas técnicos de manera improvisada. Entre los ganadores proyectados para la Corte Suprema se encuentran tres magistrados previamente designados por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, una exasesora legal suya, la actual fiscal de derechos humanos de la Fiscalía General y un abogado indígena que podría convertirse en el próximo presidente del tribunal. Según Alarcón, muchos de estos candidatos tienen conexiones o afinidades ideológicas con el gobierno.
El proceso electoral no estuvo exento de controversias. Se reportó la distribución de panfletos que sugerían por quiénes votar, una práctica prohibida por las reglas electorales. La presidenta Claudia Sheinbaum condenó el uso de estos materiales y solicitó una investigación al respecto, buscando distanciarse de las acusaciones de intervención indebida.
Sheinbaum defendió la elección como un éxito, destacando que los 13 millones de votos emitidos reflejan un ejercicio democrático significativo en un país donde el voto es voluntario. Por su parte, López Obrador y Morena promovieron esta reforma, aprobada en septiembre de 2024, como una medida para combatir la corrupción y la impunidad en el sistema judicial. Sin embargo, críticos argumentan que el proceso permitió al partido capitalizar su popularidad para instalar jueces afines, lo que podría facilitar la aprobación de reformas previamente bloqueadas por tribunales más equilibrados.
La elección también generó resistencia en el poder judicial. En octubre de 2024, ocho de los once jueces de la Corte Suprema anunciaron su renuncia, efectiva el 31 de agosto de 2025, negándose a participar en el proceso electoral. Los críticos temen que la elección de jueces por voto popular comprometa la independencia judicial y exponga al sistema a influencias políticas y de grupos criminales.
Los conteos de votos continúan, y se espera que los resultados definitivos se anuncien en los próximos días. Una segunda ronda de elecciones para otros cargos judiciales está programada para 2027, en un contexto que seguirá siendo observado de cerca por su impacto en la democracia mexicana.
Imágen cortesía: Reforma