El almirante Alvin Holsey, comandante del Comando Sur de Estados Unidos, se retiró este viernes en una ceremonia en Florida, marcando el fin de una gestión breve y rodeada de tensiones internas por la legalidad de recientes operaciones militares en el Caribe. Holsey entregó el mando a su segundo, el teniente general de la Fuerza Aérea Evan Pettus, quien asumirá de inmediato la jefatura del organismo encargado de las operaciones militares estadounidenses en gran parte de Latinoamérica.
Durante el evento, el almirante agradeció a su familia y reflexionó sobre su trayectoria. “En la vida no recordamos días, sino momentos. Aquellos a quienes lideramos no se guían por títulos, sino por valentía, y recuerdan cómo los hiciste sentir”, expresó Holsey, destacando la importancia de liderar con dignidad y respeto.
El retiro de Holsey fue anunciado desde octubre por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, apenas meses después de que el almirante asumiera el mando. Su salida coincidió con una serie de ataques de Estados Unidos contra embarcaciones presuntamente dedicadas al narcotráfico frente a las costas de Venezuela, acciones que generaron fricciones dentro del Pentágono, según fuentes citadas por el medio CNN.
De acuerdo con esos reportes, Hegseth consideraba que Holsey actuaba con poca agresividad en las operaciones contra grupos narcotraficantes, mientras que oficiales del propio Comando Sur expresaban preocupación por la legalidad de los ataques. Las tensiones escalaron durante una reunión en el Pentágono el 6 de octubre, en la que, según una de las fuentes, Holsey llegó a ofrecer su renuncia.
La legalidad de estas operaciones navales está bajo creciente escrutinio legislativo, especialmente tras conocerse que dos supervivientes de un ataque inicial murieron en una acción posterior ejecutada en septiembre.
