El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de Estados Unidos destituyó a Susan Monarez, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), apenas unas semanas después de haber asumido el cargo, lo que desató una ola de renuncias y críticas a la administración federal.
El HHS anunció la salida de la funcionaria mediante un breve mensaje en redes sociales, agradeciendo su servicio, pero sin dar explicaciones sobre las razones de la medida. Poco después, tres altos funcionarios de la agencia también presentaron su renuncia.
Los abogados de Monarez, Mark Zaid y Abbe David Lowell, aseguraron que su clienta no renunció ni recibió notificación formal de despido por parte de la Casa Blanca. Según su defensa, Monarez fue removida por negarse a aprobar directrices “poco científicas e imprudentes” y a despedir a especialistas en salud pública.
“Eligió proteger al público en lugar de servir a una agenda política”, denunciaron sus representantes legales, al advertir sobre un “desmantelamiento sistemático de las instituciones de salud pública” y la politización de la ciencia.
Monarez, reconocida científica con amplia experiencia en el gobierno, había sido nominada por el presidente Donald Trump tras el retiro de Dave Weldon, excongresista republicano cuestionado por sus posturas sobre las vacunas.
De acuerdo con medios estadounidenses, el despido se habría producido tras choques con el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., en torno a sus posturas sobre la vacunación y el rumbo de la agencia.