Londres.– Las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la posibilidad de trasladar partidos del Mundial 2026 si alguna sede resulta “peligrosa”, generaron una reacción inmediata en la FIFA.
Víctor Montagliani, vicepresidente del organismo y presidente de la Concacaf, fue categórico al afirmar que la decisión sobre las sedes corresponde únicamente al ente rector del fútbol internacional. “Es un torneo de la FIFA, su jurisdicción es la FIFA, y la FIFA toma esas decisiones”, recalcó durante la Semana de Líderes celebrada en Londres.
Trump había señalado que ciudades como San Francisco y Seattle estaban “dirigidas por lunáticos de la izquierda radical que no saben lo que hacen”, insinuando que podría retirarles partidos mundialistas. Las palabras no pasaron desapercibidas y reavivaron la discusión sobre la influencia política en los grandes torneos deportivos.
Montagliani, sin mencionar directamente al mandatario, recordó que “con el debido respeto a los líderes mundiales actuales, el fútbol los supera y sobrevivirá a su régimen, a su gobierno y a sus lemas”.
La polémica se suma a las tensiones diplomáticas que han acompañado la organización del Mundial 2026, coorganizado por México, Estados Unidos y Canadá, y reabre el debate sobre el papel de los gobiernos en la gestión de eventos internacionales.