La Casa Blanca anunció este martes que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunirá el próximo 14 de abril con el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, en lo que será una visita oficial de trabajo. La reunión se centrará principalmente en la colaboración de El Salvador en el manejo de la migración y la lucha contra las pandillas, en particular los grupos criminales Tren de Aragua y MS-13.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, detalló que durante el encuentro, ambos líderes discutirán el uso por parte de El Salvador de su prisión de máxima seguridad, conocida como el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), para albergar a miembros de estas pandillas. Leavitt también destacó que las políticas adoptadas por El Salvador en materia migratoria se han convertido en un “modelo” para otros países que buscan colaborar con la Administración de Trump en la gestión de la migración irregular.
Esta será la primera visita oficial de un líder latinoamericano a la Casa Blanca desde que Trump retomó la presidencia en enero de 2025. Aunque el presidente estadounidense ha sostenido encuentros con otros mandatarios de América Latina desde su regreso al poder, ha preferido recibirlos en su residencia privada en Mar-a-Lago, Florida, en lugar de en la Casa Blanca.
El enfoque de la reunión resalta la relación cercana entre Trump y Bukele, particularmente en el manejo de la inmigración ilegal. De hecho, Trump ha agradecido públicamente a Bukele por su apoyo en la lucha contra la migración indocumentada y por su disposición a utilizar el Cecot para encarcelar a migrantes expulsados por Estados Unidos, a quienes Washington acusa de estar vinculados con las pandillas MS-13 y Tren de Aragua.
Sin embargo, la deportación de estos migrantes ha generado controversia. Organizaciones defensoras de los derechos humanos, como Human Rights Watch, han expresado su preocupación por las condiciones a las que los deportados podrían enfrentarse al ser enviados de vuelta a El Salvador, donde, según advierten, podrían sufrir abusos y violaciones de sus derechos fundamentales.
Este encuentro resalta la creciente cooperación entre ambos países en temas de seguridad y migración, aunque también pone de manifiesto las tensiones sobre el respeto a los derechos humanos en el manejo de las políticas migratorias.