Washington, 13 de agosto de 2025 – La inflación en Estados Unidos se mantuvo estable en julio, con un aumento del 0.2% mensual y del 2.7% anual en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), según informó la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). Aunque estas cifras están por debajo de las estimaciones de Dow Jones (0.2% mensual y 2.8% anual), el IPC subyacente, que excluye alimentos y energía, mostró un incremento del 0.3% mensual y 3.1% anual, lo que refleja presiones inflacionarias persistentes atribuidas en parte a los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump.
La estabilidad de los precios de alimentos y energía contribuyó a moderar el IPC general, pero el aumento del IPC subyacente indica que otros sectores, como los bienes importados, están enfrentando mayores costos debido a los aranceles. Analistas de Goldman Sachs estiman que los consumidores han absorbido hasta ahora el 22% de estos costos, pero proyectan que esta cifra podría alcanzar el 67% para finales de 2025, lo que elevaría la inflación al 3.2%, superando el objetivo del 2% de la Reserva Federal.
El informe llega en un contexto de controversia tras el despido de la comisionada de la BLS, Erika McEntarfer, el 1 de agosto, acusado por Trump de manipular datos de empleo sin evidencia. Su reemplazo por E.J. Antoni, de la Heritage Foundation, ha generado preocupaciones sobre la integridad de los datos del Departamento de Trabajo, aunque la BLS asegura que el informe de julio no se vio afectado.
Economistas advierten que los aranceles podrían estar empujando a la economía hacia la estanflación, un escenario donde el crecimiento de los precios se acelera mientras el mercado laboral se debilita. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha señalado que, sin los aranceles, las tasas de interés podrían haberse reducido para estimular el empleo, pero las presiones inflacionarias actuales complican esa posibilidad. Algunos miembros de la Fed, como Michele Bowman y Christopher Waller, consideran que el impacto de los aranceles es temporal, mientras que Powell advierte que podría ser más persistente, con efectos que podrían tardar hasta 18 meses en manifestarse completamente.
Más allá de los aranceles, los consumidores enfrentan precios récord en carne molida, afectados por sequías que reducen el ganado, y en electricidad, mientras que los costos de seguros para propietarios de viviendas vuelven a subir. Aunque los ingresos semanales ajustados por inflación crecieron ligeramente en el último trimestre, el 43% de los trabajadores, especialmente en el rango de salarios bajos a medios, vieron sus ingresos aumentar menos que el costo de vida en junio, según Indeed.
Una encuesta de Conference Board mostró un deterioro en la confianza financiera de las familias en julio, con un aumento en las expectativas de una recesión en los próximos 12 meses. Además, un análisis de CNBC encontró que algunos productos en Walmart subieron hasta un 50%, lo que refleja el impacto de los aranceles. El director financiero de Walmart, John David Rainey, admitió que los aumentos son difíciles de absorber para los minoristas.
La combinación de aranceles, precios altos y un mercado laboral débil plantea desafíos para la Reserva Federal, que busca equilibrar el control de la inflación con el fomento del empleo, mientras la incertidumbre sobre el impacto a largo plazo de las políticas de Trump sigue creciendo.
Imágen cortesía: CNN