La inflación lleva cayendo 12 meses de forma consecutiva, pero en junio seguía registrando una subida del 3% respecto al año anterior. Pese a ser la más baja de los últimos dos años, está muy por encima de los objetivos de la Reserva Federal (2%) que ya anunciaron que habría dos subidas de tasas de interés más este año: este miércoles aprobará la primera, de un cuarto de punto (hasta el 5.25% – 5.50%), según los expertos financieros, hasta su nivel más alto desde 2007.
Subiendo las tasas de interés, la Fed (como se abrevia a la Reserva Federal) espera encarecer aún más los préstamos (para comprar casa, autos, etcétera), las tarjetas de crédito y la inversión para las empresas, reduciendo así la demanda general de bienes, servicios y mano de obra en la economía.
“La inflación sigue obstinadamente alta”, explicó Greg McBride, vicepresidente y analista financiero jefe de Bankrate. “La economía ha sido notablemente resistente, el mercado laboral aún es sólido, pero eso puede estar contribuyendo a la inflación obstinadamente alta”, dijo, “así que la Fed tiene que pisar el freno un poco más”.
La Reserva Federal se encarga de equilibrar el desempleo y la inflación. En este momento, la tasa de desempleo, en el 3.6%, sigue siendo históricamente baja. Cree que puede enfriar la economía y reducir la inflación sin que la gente pierda sus trabajos en masa.
En lugar de dejar a los trabajadores sin trabajo, apuntó McBride, la Fed busca reducir el número total de vacantes en relación con los trabajadores desempleados. Antes de la pandemia, había alrededor de una persona desempleada por vacante; hoy hay menos de uno.
“El mercado laboral todavía está fuera de control”, indicó McBride, “eso puede contribuir a las presiones inflacionarias”.
Si bien la tasa de inflación general se ha reducido, hay categorías clave de servicios centrados en el consumidor que no lo han hecho. En particular, una medida de lo que se conoce como inflación supercore, que excluye el precio de los alimentos, el gas y la vivienda, se ha estancado en una tasa de aumento anual del 4% desde el primer trimestre de 2021, según cálculos de la Junta de la Reserva Federal de San Francisco.
Esta medida incluye artículos como servicios de cuidado personal y profesional, entre los artículos en los que los estadounidenses continúan gastando mucho. El gasto, a su vez, está creando más demanda de trabajadores y, en consecuencia, subiendo los salarios.