Si formas parte del grupo de individuals en Texas who ya cuentan con un vehículo eléctrico o planean adquirir uno en el futuro, es importante que estés al tanto de los cambios, ya que a partir del 1 de septiembre se implementará un nuevo impuesto.
El pasado mes de mayo, el gobernador Greg Abbott sancionó el SB505, un proyecto de ley que introduce una nueva tarifa anual en el proceso de registro o renovación de registro de los vehículos eléctricos en el estado de Texas.
Según explicaciones de Paul Villarreal, un asesor fiscal del Condado Hidalgo, “a los compradores de vehículos eléctricos nuevos se les aplicará un cargo adicional de $400”. En el caso de los propietarios actuales de vehículos eléctricos, deberán abonar una suma adicional de $200 en el momento de renovar el registro.
Para los vehículos que estén siendo registrados por primera vez, el costo será de $400 por un período de registro de dos años y $200 por un año de renovación. Vale la pena señalar que este nuevo cargo no cubre la tarifa de registro estándar de $84 ni cualquier otro impuesto asociado al vehículo.
Villarreal aclaró que “los vehículos híbridos o de combustión interna no se ven afectados por este cambio. La ley está específicamente dirigida a los vehículos eléctricos”.
Los ingresos generados por este impuesto se destinarán a un fondo estatal destinado a la construcción y el mantenimiento de carreteras, contribuyendo así a financiar proyectos de infraestructura vial.
De acuerdo con el Departamento de Vehículos y Motores (DMV) de Texas, en la actualidad circulan cerca de 200,000 vehículos eléctricos en el estado. En el Condado Hidalgo, esta cifra se sitúa en alrededor de 2,000 vehículos.
Villarreal afirmó que “hemos mantenido conversaciones con el estado y el DMV, y nos aseguraron que nuestro sistema estará listo para implementar estos cambios a partir del 1 de septiembre”.
Este impuesto se introduce debido a que gran parte de los fondos destinados a la construcción y el mantenimiento de las carreteras en Texas provienen de los impuestos a la gasolina, y los vehículos eléctricos, por su naturaleza, no contribuyen a estos ingresos al no depender de combustibles fósiles.